Viernes.

Toda la semana esperando que llegue el viernes, el mejor día de descanso, relajas tu mente por unos instantes pensado que tendrás dos maravillosos días por delante para hacer lo que a ti te plazca, no tener que verle la cara a quien tu no quieras y estar con quien te apetezca. 24 horas que podrás aprovecharlas como mejor te venga. Porque el viernes es el final de una dura semana que para mí resulta agotadora. Así que cuánto más desees que llegue el viernes, más dura, larga y extresante se te hará la semana.